Hasta ahora, cuando nuestro vehículo cumplía los 4 años, teníamos la obligación de pasar la ITV, que consistía en llevar el coche hasta el ente certificador para que éste periódicamente (cada 2 años hasta que cumpla los 10 años, a partir de ese momento anualmente) revisara el cumplimiento de las normas de seguridad y las emisiones contaminantes del mismo. De este modo, en la ITV se comprobaban los datos identificativos del vehículo (marca, modelo, número de bastidor, matrícula,…), el estado general de la carrocería, los bajos, el funcionamiento de puertas, los cinturones de seguridad, ventanillas, la señalización y el alumbrado, la eficacia del circuito de frenado, la funcionalidad de la dirección, la suspensión y los ejes, el nivel de ruido del motor, la emisión de monóxido de carbono, … Un listado al que ahora se suman los elementos electrónicos. Así lo ha anunciado la asamblea de las entidades gestoras de la Inspección Técnica de Vehículos (ITV), tras el Congreso Internacional de ITV celebrado estos días en Sevilla, donde ha acordado la implantación de sistemas de inspección que detecten los elementos electrónicos del vehículo. Es decir, en breve, también se revisarán los sistemas electrónicos de los frenos ABS o los airbag, entre otros, de los que actualmente solo se realiza inspección visual y mecánica.

La idea es captar la información necesaria para comprobar el buen funcionamiento de los sistemas electrónicos de la centralita de cada vehículo. De ahí que la asamblea ya haya solicitado que los fabricantes adapten los mecanismos y sistemas para facilitar dichas inspecciones en un futuro próximo.

 

 

 

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